miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una silla para Jesús

Esa mañana me encontraba enseñando a un grupo de niños en la iglesia. Era el momento de la historia bíblica así que dije:

«Niños y niñas, ¿pueden por favor traer sus sillas para hacer un círculo?».

Todos corrieron a traer sus sillas. Un niño pequeño regresó corriendo para traer una segunda silla. Le dije:

«Juan, ya tenemos suficientes sillas, no necesitas traer otra».

Después de poner la silla en el círculo, Juan fue corriendo a tomar el cuadro de Jesús. Trajo el cuadro al círculo y lo puso en la silla vacía. Luego dijo:

«Esta silla es para Jesús».

Miré los solemnes rostros de los otros niños y niñas. Aceptaron que la silla fuera para Jesús, así que comencé a contar la historia.

¡Qué bueno sería si todos incluyéramos conscientemente a Cristo en todo lo que hacemos! Él está dispuesto a estar cerca y guiarnos. ¿Estamos conscientes de que Cristo está siempre cerca? ¿Le damos un lugar en nuestros planes y en nuestras dudas? Quizá ésta es una forma de encontrar la «paz que sobrepasa todo entendimiento».

Sra. Carolyn Atkins (Nuevo México, EUA)

Filipenses 4:6-8

Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

En cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto pensad.

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