martes, 29 de diciembre de 2009

Enseña la Biblia el rosario?

“Cuando yo rezo mi Rosario diariamente, los recuerdo a cada uno de ustedes. . . Oro para que todos juntos continuemos creciendo en Cristo Jesús, a través de la intercesión de la Virgen María, Madre de Dios y Reina del Santísimo Rosario”.
Roger M. Mahony
Cardenal de Los Angeles, California.

Cuando los católicos experimentan problemas familiares, alguna situación seria, o desean protección, la Iglesia les motiva a rezar el Rosario para que por medio de la intercesión de la Virgen María, puedan solucionar sus dificultades.

El Rosario es un collar compuesto de 59 piedrecitas unidas a un crucifijo. Rezar el Rosario involucra rezar un “credo”, 153 “Aves Marías”, meditar en los 15 misterios (5 gozosos, 5 dolorosos y 5 gloriosos) de Jesús y la Virgen María, recitar cinco “Gloria al Padre”, y seis “Padre Nuestros”. Cuando uno recita todos estos rezos termina dándole tres vueltas al Rosario.

Su Origen:
El Rosario usualmente es atribuído a Santo Domingo de Guzmán, quien supuestamente lo recibió en los años 1200, al sur de Francia, directamente de la Virgen María, para combatir la herejía de los albigenses, secta que surgió en el siglo 12, también en el sur de Francia.

Unos siglos más tarde, la Virgen María supuestamente se le apareció a Bernardita en Lourdes, Francia, y le invitó a rezar el Rosario.

En 1917 en Fátima, Portugal, la Virgen María supuestamente se le apareció a unos pastores de ovejas ordenándoles: “Recen el Rosario todos los días para obtener la paz del mundo, recen el Rosario y hagan sacrificios por la conversión de los pecadores”.
Uno de los Papas más entusiastas del Rosario fue el Papa Juan XXIII, quien convocó el Concilio Vaticano II.

Actualmente, el Papa Juan Pablo II aseguró a sus feligreses que cuando rezen el Rosario con fervor, la Virgen María será la que los “enseñará, alentará y consolará”.

¿Qué dice la Biblia acerca del Rosario?
El padre Juan Rivas, apologista católico y director del programa radial “Hombre Nuevo”, dice que la Biblia da tres razones para rezar el Rosario.

Analicemos la primera razón que ofrece:

“Porque Dios Padre manda al ángel Gabriel saludar así a la Madre de su Hijo: ‘Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo’. Lee: Lucas 1,28. Si los siervos de Dios en el cielo deben saludar así a María, ¿los siervos de Dios en la tierra no debemos hacer lo mismo?” (El Rosario y la Biblia).

La respuesta es un enfático ¡NO! La Biblia en ninguna parte manda a los siervos de Dios en el cielo (los ángeles), ni tampoco a los siervos de Dios en la tierra, saludar a María de la misma manera que el ángel Gabriel lo hizo.

La salutación del ángel no fue una fórmula que debería ser recitada por todos a través de los siglos.

Además, en sus esfuerzos para presentar el Rosario como una práctica bíblica, sólo cita la primera parte del Ave María, el cual es recitado en el Rosario: Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. La segunda parte, que omitió, dice: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Esta segunda parte es completamente antibíblica porque María es exaltada a un nivel de intercesora o mediadora entre los hombres y Dios. Sin embargo, la Biblia claramente enseña que hay sólo un mediador entre los hombres y Dios, Jesucristo hombre (1 Tim. 2:5).

La segunda razón que el Padre Juan Rivas da para apoyar que el Rosario es bíblico, en el folleto El Rosario y la Biblia, publicado por Hombre Nuevo:

“Porque el Espíritu Santo así inspiró alabar a María y a Jesús: ‘Isabel se llenó del Espíritu Santo y clamó con fuerte voz: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Lee Lucas 1,42. Si a ti el Espíritu no te inspira alabar así a María, ¿qué espíritu será ese? Lee 1 Juan 4,1".

Si el Espíritu Santo es el que supuestamente tiene que “inspirar” a todos alabar a María, de la misma manera que lo hizo Elisabet, ¿por qué no encontramos en la Biblia a los apóstoles o cualquier otra persona siendo “inspirados” por el Espíritu Santo a alabar a María de la misma manera que Elisabet lo hizo? ¿Por qué no hay evidencias de que los padres de la Iglesia fueron “inspirados” por el Espíritu para alabar a María de la misma manera que Elisabet? No fue hasta el siglo XIII que tal “inspiración” se dio a conocer en los devotas al Rosario.

El hecho de que los católicos han utilizado las palabras de los versículos 28 y 42 del capítulo uno de Lucas, como una oración devocional, no comprueba que estas fueron dichas en el mismo espíritu. Estas palabras solamente deben ser tomadas como declaraciones de un hecho en donde se expresó honor especial a María, pero no como una “veneración especial” (Elliot Miller y Ken Samples, The Cult of the Virgin, p. 69). No existe en la Biblia la llamada “hiperdulía”, que es una veneración especial a María.

La tercera y última razón que ofrece el Padre Rivas para demostrar que la Biblia enseña el Rosario, se encuentra en Lucas 18:1; él argumenta:

“Porque Jesús nos recomienda orar sin intermisión. Lee: Lucas 18,1. Es verdad que este mandato se cumple con cualquier oración, pero el Rosario facilita su cumplimiento” (El Rosario y la Biblia).

El Rosario no facilita de ninguna manera el cumplimiento de “orar siempre y no desmayar” (RV), como lo instruyó Jesús, porque:

Recitar el Rosario, es hacer oraciones repetitivas, como si Dios fuera movido a escuchar y a responder las oraciones por el mucho palabrerío (Mat. 6:7). Estas oraciones repetitivas se parecen más a las mantras de los hindúes que a las oraciones de la Biblia.

Los cristianos honramos a María como la bendita (dichosa) “madre de... [nuestro] Señor” (Lc. 1:43). No la alabamos ni la adoramos, porque esto sería idolatría. María fue un ser humano, no Dios. El Espíritu Santo nos inspira a guardar el mandato: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Mat. 4:10).

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