martes, 29 de diciembre de 2009

Salva el Bautismo?

La respuesta es ¡NO! Primero que todo es necesario explicar qué es el bautismo. Podemos definirlo como la expresión exterior de la realidad interna en la vida de una persona que ha recibido a Cristo como su Salvador. La persona que se bautiza está simbólicamente testificando de su fe en Cristo al proclamar que su antigua vida de pecado está muerta, y ahora ha resucitado a una nueva vida en Cristo (Rom. 6:37).

La Biblia establece claramente que lo que nos salva es el evangelio, no el bautismo. “Mediante este evangelio son salvos” (1 Cor. 15:2 NVI). De la misma manera Romanos 1:16 dice: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo el que cree. . .” (NVI). ¿Qué es el evangelio? Primera de Corintios 15:1-4 lo define como la muerte, sepultura y resurrección de Cristo por nuestros pecados. No hay aquí ninguna mención del bautismo.

Teniendo en cuenta lo anterior, observemos lo que dice Pablo acerca del tema: “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio. . .” (1 Cor. 1:17 RV). Si el bautismo fuera parte de la salvación, Pablo definitivamente estaría expresando una herejía en este versículo porque lo pone en segundo plano.

En el libro de Hechos se nos habla de un grupo de gentiles que habían recibido el Espíritu Santo y fueron salvos antes de haber sido bautizados (10:44-48). La salvación de estas personas es evidente cuando consideramos que el Espíritu Santo no puede ser recibido por incrédulos o personas no salvas.

El malhechor que fue crucificado al lado de Jesús es otro ejemplo de alguien que fue salvo sin ser bautizado (Lc. 23:39-43). Este hombre fue salvo por haber creído en Jesús como el Mesías.

Decir que el bautismo salva es antibíblico, porque el bautismo se convierte en un requisito u obra para obtener la salvación. Sin embargo, la Biblia claramente enseña que la salvación no es por obras para que nadie se gloríe (Ef. 2:8-9). El bautismo es un paso de obediencia en la vida del creyente a la ordenanza de Jesucristo (Mat. 28:19). El creyente es motivado hacia el bautismo porque ya es salvo y no para tratar de obtener la salvación.

Los que creen que el bautismo salva acostumbran citar pasajes tales como Marcos 16:16: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo. . .” (RV). Sin embargo, cuando se cita este versículo se debe notar que la segunda parte del mismo versículo termina diciendo “mas el que no creyere, será condenado”. El no bautizarse no es lo que conduce a la condenación, sino la incredulidad.

Articulo de discernir.net

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